Para Kirsten, las políticas que apoyan a las mujeres y las familias son una prioridad, no un asunto secundario. Lucha por ideas audaces que harán una diferencia para la salud y la seguridad económica de las familias, aun cuando nadie lo hace. Además, frente a un presidente que degrada a las mujeres y pone en peligro sus derechos, la defensa audaz de Kirsten a favor de las mujeres es el antídoto. Las mujeres son la mitad de este país y merecen un presidente que las valore y luche por ellas.
Necesitamos proteger los derechos de las mujeres y el acceso a la atención médica necesaria.
El derecho de las mujeres a tomar decisiones personales sobre su salud no es negociable. Frente a los ataques incesantes de esta administración y sus aliados en el Congreso, Kirsten ha defendido de forma incansable la protección del acceso de las mujeres al aborto legal y seguro, el control de la natalidad y la atención médica en Planned Parenthood. Ha prometido revocar, en el primer día de su presidencia, la ley de mordaza nacional del presidente Trump, que impide que los médicos proporcionen a sus pacientes información acerca de la gama completa de atención a la salud reproductiva.
Tenemos que atender a las familias, y no a intereses especiales.
Como madre de dos hijos jóvenes, Kirsten siempre ha traído esa perspectiva a su trabajo en el Congreso, y como presidenta, va a luchar por cada familia de la forma que lo hace por la suya. Necesitamos políticas que ayuden a las familias a subsistir y salir adelante: servicios asequibles de cuidado infantil, educación preescolar universal, salario mínimo de $15, remuneración equitativa por igual trabajo, y exoneraciones de impuestos para las familias de clase media y de bajos ingresos. Kirsten también está comprometida con la lucha contra la crisis de mortalidad materna, especialmente las disparidades evidentes y el racismo institucional que enfrentan las mujeres de color en nuestro sistema de atención de la salud; asimismo, introdujo la Ley MOMS para proteger a cada nueva mamá.
Necesitamos hacer que la licencia familiar remunerada nacional sea una realidad.
Estados Unidos es el único país industrializado del mundo sin ningún tipo de plan nacional de licencia familiar remunerada. Nuestro fracaso en priorizar la licencia remunerada conlleva a que millones de estadounidenses tengan que hacer una elección imposible: proveer la manutención a su familia o cuidar de ella. Kirsten ha liderado la lucha nacional a favor de la licencia remunerada para solucionar este problema. Su Ley de Licencia de Seguro Médico y Familiar (FAMILY Act), un programa nacional de licencia remunerada que ella ha presentado en cada Congreso desde 2013, le daría a los trabajadores 12 semanas de licencia familiar y médica remunerada para cuidar a su hijo recién nacido, a un familiar enfermo o para atender sus propios problemas de salud, todo por lo que cuesta aproximadamente una taza de café a la semana.
Tenemos que invertir en la educación pública y defender a los maestros.
La oportunidad y el éxito de un niño no deben depender del lugar en que creció. Para fortalecer nuestras comunidades, combatir la desigualdad sistémica y garantizar que todos nuestros niños tengan la oportunidad de alcanzar su potencial, tenemos que invertir en nuestras escuelas públicas. Esto significa pagar a los maestros un salario digno, mantener grupos pequeños y garantizar que los maestros cuenten con los recursos y el apoyo que necesitan.
Debemos detener la agresión y el acoso sexual.
Kirsten nunca ha abandonado una lucha si es lo correcto, incluso si es políticamente inconveniente o difícil. Ha sido la líder nacional en el Congreso sobre la lucha por la justicia y la rendición de cuentas en nombre de los sobrevivientes de agresiones sexuales, incluso antes del movimiento #MeToo y nuestra conversación de importancia nacional en torno al abuso sexual. Asimismo, ha liderado esta lucha independientemente de a quién se enfrente, bien sea el Pentágono, las principales universidades, el presidente Trump o incluso su propio partido.